Rebelión del whisky
En una industria que cada día incrementa más sus opciones, el whisky single malt norteamericano merece un momento para conocer propuestas valiosas.
Autor: Redacción Maxim 6 agosto, 2021
Single Malt
Hillrock Estate Distillery

Hillrock es un verdadero esfuerzo de lo que significa “del campo a la botella”, ya que cultiva su propia cebada orgánica en su granja del Valle de Hudson y luego la maltea durante 12 horas usando turba escocesa importada en la primer casa de malta estadounidense construida desde la Prohibición.
Luego, el puré se destila en lotes pequeños utilizando macetas de cobre y latón Vendome, y se envejece y se embotella en su propiedad en Hudson Valley. La turba de Single Malt agrega una bocanada de tabaco a las notas distintivas de canela, clavo y caramelo de Hillrock.
Balcones “1” Texas Single
Balcones distilling

Se puede decir que Balcones acuñó el término Texas Single Malt. Lanzada en 2008, la destilería Wacoa ganó rápidamente elogios por su perfecta atención a los detalles y su talento para la experimentación. Aunque el cofundador Chip Tate ya no está, Balcones continúa aportando grandes detalles a su producto, combinando elementos tradicionales (Golden Promise, cebada, alambiques escoceses) con un toque texano (envejecimiento en el variado clima del centro de Texas).
Su complejo Texas Single Malt cuenta con hermosos colores, notas de cacao y una cremosa sensación en la boca, y ha ayudado a ganar a Balcones más de 350 premios desde su primera botella en 2009.
McCarthy’s Oregon
Hood River Distillers

A Steve McCarthy se le atribuye la creación de la categoría “American Single Malt” desde hace más de dos décadas. En un fatídico viaje de pesca a Irlanda, se enamoró del whisky escocés, y al regresar a su pequeña destilería en las afueras de Portland comenzó a comprar cebada malteada de Inverness.
Destilado en alambiques de cobre Holstein de 60 galones, McCarthy aprovechó su oficio y, sin saberlo, lanzó un segmento que no ganaría fama sino hasta 20 años después. Mientras conserva un ahumado inspirado en la Isla de Escocia, su Oregon Single Malt no se abruma con una intensa potencia de fogata: piensa más en Caol Ila que en Ardbeg, y acredita la suavidad al roble de Oregón en el que envejece durante un mínimo de tres años.
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En una industria que cada día incrementa más sus opciones, el whisky single malt norteamericano merece un momento para conocer propuestas valiosas.